La Casa Tomada de Cortázar

Éste es un cuento que a simple vista parece no tener mucho sentido. Al principio pensé que era un cuento de fantasmas que no daba miedo. Pero al analizarlo detenidamente y conocer un poco sobre la situación política en Argentina durante el gobierno de Perón.

Podemos analizar desde la personalidad de los ùnicos personajes que aparecen en esta obra. Los hermanos que se quedaron solteros y pasan de los cuarenta años, que llevan una vida tranquila, ocupàndose en lo suyo. Se observa su pasividad al saber que parte de su casa fue tomada, sin saber por quièn o como, lo que hace màs fàcil sus queaceres diarios. Luego el resto de la casa es tomado, y los hermanos se retiran sin luchar; seguramente el mismo sentimiento de impotencia que tuvieron muchos argentinos al verse obligados a dar sus tierras al Gobierno. Algo similar sucediò en Rusia, durante el gobierno de Stalin, cuando los granjeros prefirieron quemar sus granjas a entregarlas al Gobierno.

Jules Florencio Cortàzar, naciò el 14 de Agosto de 1914 en Bruselas y muriò el 12 de febrero de 1984, en Parìs. Estudió en la Escuela Normal de Profesores y fue profesor de Lengua y Literatura francesa en varios institutos de la provincia de Buenos Aires, y más tarde en la Universidad de Cuyo. En 1951 consiguió una beca para realizar estudios en París y ya en esta ciudad pasó a ser traductor de la UNESCO, trabajo que desempeñó hasta su jubilación. Un rasgo importante de su vida es que a raíz de un viaje que realizó a Cuba, invitado por Fidel Castro, se convirtió en gran defensor y divulgador de la causa revolucionaria cubana, como años más tarde haría con la Nicaragua sandinista.

Mantuvo, a lo largo de su vida, un compromiso político activo, sobre todo en defensa de los derechos humanos. Formó parte del Tribunal Russell II que, en 1973, juzgó en Roma los crímenes llevados a cabo por las dictaduras latinoamericanas. Resultado de esta actividad fue su libro Dossier Chile: el libro negro.

Viajero impenitente e intelectual abierto, fue uno de los protagonistas del boom de la literatura latinoamericana. Estos escritores consiguieron, a través de sus encuentros literarios y conferencias en diversos foros tanto de Estados Unidos como de Europa, sus relaciones con editoriales, sus colaboraciones con la prensa europea, un reconocimiento internacional para su obra, que, sin renunciar a sus raíces culturales, se universalizó tanto en temas como en estilos. Así, lo que empezó siendo un lanzamiento editorial de una nueva narrativa se convirtió en una presencia renovadora constante de la literatura, debido, por supuesto, a la calidad de las obras. Gran parte de su obra constituye un retrato, en clave surrealista, del mundo exterior, al que considera como un laberinto fantasmal del que el ser humano ha de intentar escapar.