viernes, 7 de noviembre de 2008

Guaguano


Así se llamaba la iguana que tuve durante unos tres años. Era macho y era muy travieso. La compré a inicios del 2005 y solía tomarle muchas fotos y también dormía conmigo cuando ya no cabía en su piedra eléctrica, por ser un bichito de sangre fría. Le gustaba meterse entre la tierra del jardincito, pero no me gustaba que durmiera conmigo así, entonces llenaba el lavamanos con agua caliente y un poco de baño de burbujas y lo bañaba ahí.
Un buen día salí de viaje y lo dejé en casa con suficiente comida y agua, pero cuando volví ya no estaba. Me dio mucha pena perderlo, porque era una mascota muy especial para mí.

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